CÓMO PUEDO MEJORAR MI RELACIÓN DE PAREJA.
Este es un tema que a muchos nos interesa porque a veces con el paso del tiempo las relaciones de pareja se deterioran o se vuelven rutinarias, con lo que nos podemos llegar a plantear si vale la pena seguir con la persona que estamos conviviendo.
El primer consejo que te daría es que pasaras a observar las cualidades positivas que tiene tu compañero/a, ya que a veces cogemos el vicio de sólo darnos cuenta de los fallos que comete, como si tuviéramos preparado un sensor para poder hacerle un reproche, entonces la relación se convierte en una competición que desgasta la pareja, por esta razón sería más aconsejable estar atento a sus virtudes y los comportamientos que realiza para agradarnos.
Podías probar un juego en el que hacéis una lista de por lo menos 10 cualidades positivas que tiene tu pareja y después os las podéis intercambiar, esto os ayudará a descubrir que la otra persona está valorando tus virtudes, aunque en el día a día no os lo manifestéis.
Cuidar la comunicación con la pareja.
Otra recomendación importante es cuidar la comunicación, ya que este es uno de los puntos de mayor conflicto, mejorar la comunicación implica saber informar, saber escuchar, expresar sentimientos y saber conversar.
- Saber informar: nuestro mayor objetivo es ser escuchados, para ello deberemos buscar el mejor momento y situación para que nuestro mensaje sea recibido, en cuanto el mensaje debemos procurar que sea coherente en lo referente a lo que decimos y cómo lo decimos, intentaremos iniciar la conversación reconociendo lo positivo que tiene nuestra pareja, evitando el reproche y la recriminación. Se pretende que nuestra información se perciba como una sugerencia, no como una crítica a su conducta o una exigencia, por esta razón deberíamos evitar generalizaciones con palabras como nunca, siempre, jamás y centrarnos en un hecho concreto del presente, no recordar acciones del pasado que no llevan a ningún lado. La sinceridad debe someterse a unos límites pensando en los efectos que tendrán nuestras palabras, por eso antes deberíamos plantearnos si lo que vamos a decir va a beneficiar o perjudicar la felicidad de la relación, podemos tener en cuenta la siguiente regla: “Toda información que pueda causar dolor y no beneficie a la relación de pareja no debe ser comunicada”.
- Saber escuchar: dentro de la pareja no escuchar al otro puede interpretarse como una falta de amor del otro, por tanto sería recomendable tener en cuenta ciertas normas como demostrar una actitud de escucha con nuestro lenguaje verbal y no verbal, ponernos en el lugar del otro para intentar comprenderlo, no emitir juicios de valor, evitar las interrupciones, pedir información sobre lo que se está hablando y ser flexibles en nuestro punto de vista.
- Expresar sentimientos: se trata de aprender a reconocer qué sentimos cuando nos sentimos alegres o tristes, y expresar nuestro reconocimiento cuando nuestra pareja tiene una atención hacia nosotros. No debemos de caer en el error de pensar que la pareja tiene que adivinar lo que sentimos y también de no reconocer o agradecer las conductas positivas porque creemos erróneamente que es una obligación de la pareja.
La siguiente recomendación sería trabajar las habilidades de resolución de problemas, ya que cuando se discute con la pareja normalmente lo que se busca es que la otra persona haga algún cambio, para la resolución del conflicto es necesario que uno se muestre receptivo y flexible ante las necesidades del otro.
Acceder a las peticiones del otro no debe verse como una sumisión o como un golpe a nuestro orgullo, tienes que tener en cuenta que las mejores parejas se construyen a base de pequeñas concesiones: hoy por ti mañana por mí.
En las parejas surgen problemas cuando se cree que no hay ninguna obligación de adaptarse al otro porque te tiene que aceptar tal y como eres, la típica frase que se dice es yo soy así.
Exposición del problema y resolución de conflictos.
Por supuesto, en las ocasiones en que ceder a las peticiones sea una humillación no debe hacerse. Para trabajar en esta área tenemos que aprender a exponer el problema adecuadamente y formular soluciones.
Parámetros para exponer un problema: Buscar un momento en el que podáis estar solos (sin hijos delante ni otras personas) y en un ambiente agradable.
- Ser positivos: Esperar a estar con un estado de ánimo tranquilo para hablar, si lo hacemos alterados sólo conseguiremos que la otra persona se ponga a la defensiva, por eso tenemos que intentar ser positivos, con un tono de voz normal, pero conciliador, reconociendo todo lo bueno que tiene la persona, aunque hay una actitud concreta que nos ha molestado. Además de preguntarle si desea hablar del problema que nos preocupa.
- Tener claro el objetivo: saber de lo que queremos hablar, plantearnos qué quiero conseguir, cómo voy a decirlo para no causar un problema más grande y por qué necesito exponer este problema. Las primeras veces te puede ayudar escribirlo en un papel.
- Ser claro: evitaremos palabras como siempre, nunca, jamás, porque parecen acusaciones y no definen el problema con claridad. Podemos plantear cómo nos gustaría que fuera la conducta, en lugar de insistir en lo que no nos gusta.
- Emitir los mensajes yo: se hace comunicando los sentimientos que experimentamos ante determinadas conductas suyas, la ventaja de este método es que con ello no se culpabiliza al otro.
- Ser autocrítico: saber reconocer nuestra parte de culpa en los problemas cuando hayamos contribuido a ellos. Es aconsejable mostrarnos flexibles ante sus argumentos y darle la razón si nos demuestra que la tiene.
- Tratar sólo un problema: elegir el que consideremos que más está afectando a la relación, y abordarlo por partes, de menor dificultad a mayor.
- Ser objetivo: buscar culpables o hacer interpretaciones no nos ayudan a solucionar el problema. Lo que necesitamos saber es qué nos disgusta y qué medidas se pueden tomar para solucionarlo.
Por último os aconsejaría que aprendiéramos a controlar las pequeñas peleas de pareja porque su diálogo implica agresividad, y porque pueden acabar siendo un hábito en la pareja. La alternativa a las peleas son las discusiones porque son un diálogo controlado en el que se tratan temas conflictivos sin llegar a perder el autocontrol.
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