El colesterol y su influencia en las relaciones sexuales.

El colesterol

El colesterol es una sustancia tan natural y vital para la vida que el cuerpo es capaz de sintetizarla. Sin colesterol no podríamos sobrevivir ni un día de vida.

El hígado es el encargado de mantener el colesterol en valores normales, esto lo realiza aumentando o disminuyendo su producción dependiendo de la ingesta en la dieta.

El colesterol forma parte de cada una de las membranas celulares de nuestro cuerpo. Solo hay un tipo de colesterol, no existe el malo y el bueno, como en las películas, lo que sucede es que el colesterol se combina con fosfolípidos y proteínas formando las lipoproteínas, ósea “los transportadores” porque al ser una grasa no puede viajar sola en un medio acuoso como es la sangre.

¿Sabía que los valores de colesterol han ido variando en las últimas décadas?

En un principio los niveles tolerados eran de alrededor de 260 mg/dl en sangre, luego se redujo a 240 mg/dl. No duro mucho este límite cuando de repente disminuyó a 220. Este nuevo marcador estuvo algún tiempo en el mercado hasta que actualmente aparece en nuestras analíticas el “valor deseable de colesterol debe ser inferior a 200 mg/dl.”

Colesterol bueno vs colesterol malo

El colesterol es transportado desde el hígado e intestino hasta los órganos junto a lipoproteínas. Cuando se une a lipoproteínas de baja densidad (LDL) se considera colesterol malo, ya que es el que encontramos sedimentado en las arterias formando las placas de ateroma. En cambio, el colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (HDL) es el llamado colesterol bueno, que se encarga de recoger el colesterol que no ha sido usado y lo lleva de nuevo al hígado, para ser eliminado por la bilis.

Como han demostrado los últimos estudios lo más importante es la relación entre ambas clases de colesterol, el bueno y el malo. El colesterol alto es perjudicial pero el colesterol bajo también puede ser malo para nuestra salud.

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El colesterol no tiene buena prensa debido a la mala interpretación que se hizo de un estudio realizado hace ya varios años. En realidad, el riesgo cardiovascular tiene más relación con las apolipoproteínas y con elevados niveles de glucosa en sangre.

Disfunción sexual a causa del colesterol bajo

Bien conocidas son las consecuencias para las arterias de un elevado nivel de colesterol en sangre. No obstante, hay mucha gente que lo tiene por debajo de lo normal, situación que tampoco es del todo buena.

Habitualmente cuando se piensa en estrategias para mantener a raya los factores de riesgo y disminuir la posibilidad de desarrollo de enfermedades, los médicos sostienen la importancia de bajar el nivel de colesterol «malo» o LDL. Sin embargo, también existe otra estrategia sumamente efectiva: incrementar el nivel en sangre del colesterol «bueno» o HDL.

Estas dos herramientas combinadas demostraron tener muy buenos resultados, cuando de prevenir enfermedades cardiovasculares se trata. Pero, ¿es posible tener un equilibrio permanente?, ¿cómo se puede hacer para mantener ambos lípidos dentro de los niveles ideales? ¿Cuáles son estas cifras?

En líneas generales, el principal problema relacionado con el colesterol se presenta cuando éste está elevado. No obstante, hay mucha gente que lo tiene por debajo de lo normal. Ante esa situación es correcto preguntarse: ¿puede el colesterol ser demasiado bajo? ¿Esto genera algún tipo de riesgo? La respuesta al primer interrogante es sí. De hecho es una situación que se presenta en hombres, mujeres, adultos, jóvenes y niños.

Además de que podemos padecerlos todos, los desequilibrios en el control del colesterol se presenta sin previo aviso, es decir sin que existan síntomas. Por eso es importante que aprendamos a alimentarnos sanamente y a controlar nuestra dieta y nuestro peso desde la infancia.

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Concretamente podemos decir que mientras tener un colesterol excesivamente elevado, que pueda pegarse a las arterias y provocar patologías es malo, producir endógenamente un colesterol que se sintetice excesivamente en el hígado como consecuencia del estrés, tampoco es conveniente. Más allá de eso, la tendencia es a bajar el colesterol total cada vez más: hace 20 años los médicos queríamos lograr que los pacientes estuvieran en 240 mg/dl, después bajamos a 220 y ahora, más allá de las situaciones particulares, siempre se busca que el paciente esté por debajo de los 180 mg/dl.

Controlar el equilibrio del colesterol.

Puntualmente en cuanto al control del colesterol «bueno», recientemente los profesionales de la Sociedad Española de Cardiología dieron a conocer un estudio mediante el cual luego de revisar 574 historias clínicas hallaron que más del 50 por ciento de las personas -que habían sido ingresados en un centro médico por episodios coronarios agudos- tenía síndrome metabólico, con una incidencia de hiperglucemia del 85 por ciento y descenso del colesterol bueno del 80 por ciento.

De manera que la clave para tener una vida saludable pasa entonces por encontrar el equilibrio, por supuesto bajando las cifras de colesterol total, pero más que nada como consecuencia de la disminución del malo y el incremento del bueno.

Los fármacos y la dieta

Aunque por supuesto todo depende de cada persona, de su edad, su sexo, su historia médica y sus hábitos y costumbres, en líneas generales la mejor forma de controlar el colesterol pasa por llevar una dieta adecuada, equilibrada y saludable y, en los casos en que es necesario, recurrir a medicamentos.

De hecho, en este momento se encuentra en evaluación una combinación de fármacos cuyo fin es incrementar el colesterol bueno, algo que según los especialistas, no puede hacerse sólo con la dieta.

Es que no hay ningún alimento que sea capaz de modificar el colesterol bueno, excepto los ácidos grasos omega 3 y el aceite de oliva, sabido es que este sí tiene un cierto efecto. Ocurre que por tratarse de una grasa monoinsaturada, es muy calórico, con lo cual recomendamos ingerirlo sólo en cantidades moderadas, sobre todo en las personas con sobrepeso o factores de riesgo, aclaran los especialistas europeos.

Lo que sí coincidieron en recomendar es la realización de una dieta hipocalórica basada en la ingesta de las proporciones adecuadas de hidratos de carbono, proteínas y grasas, que por supuesto debe estar acompañada de la cesación tabáquica y la práctica de actividad física.

Esto es fundamental porque el colesterol no es un factor de riesgo que se relaciona sólo con lo clínico o lo físico, sino que tiene mucho que ver con lo actitudinal.

Los peligros del colesterol demasiado bajo

Entre los riesgos relacionados con el colesterol total por debajo de lo ideal o recomendables se cuentan la disminución de la libido sexual, algo que suelen padecer muchos jóvenes, dado que tratan de evitar al extremo el consumo de grasas. Así, los hombres pueden perder virilidad como consecuencia de la disminución de la testosterona, hormona que es sintetizada por el colesterol.

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Por su parte, entre las mujeres, el colesterol bajo podría llegar a producir alteraciones en las menstruaciones, ausencia de las mismas en las mujeres más jóvenes, e inclusive esterilidad, porque el colesterol produce hormonas sexuales femeninas (estradiol).

Colesterol bajo también puede ser malo.

Mientras todo el mundo anda preocupado por su alto nivel de colesterol hay personas que, en cambio, están por debajo de lo normal.

Hasta hace poco eso era motivo casi de alegría. “Que bien, así no hay riesgo de enfermedades cardiovasculares”, se decía…

Investigadores como el profesor Frank Sacks de Harvard después de años de estudios con este tipo de pacientes ha llegado a conclusiones bien distintas: el colesterol bajo también puede ser malo. Así opina que si un paciente está entre 160 y 190 de colesterol realmente no es problema pero si el colesterol está muy bajo (por ejemplo 120) habría que elevarlo.

Comenta que más que el nivel de colesterol es básica la relación o proporción entre el colesterol bueno y el colesterol malo. A menudo las personas que tienen el colesterol muy bajo también tienen el colesterol bueno muy bajo con lo que presentan un riesgo cardiovascular muy alto.

Hay que evitar pues aquellas dietas sin ningún tipo de grasa o niveles bajísimos.

Consumir aceite de oliva es muy conveniente ya que como grasa monoinsaturada que es ayuda a bajar los altos niveles de colesterol malo o LDL y en cambio no disminuye el colesterol bueno o HDL.

Otro problema añadido es que las personas con un colesterol demasiado bajo tienen también el doble de probabilidades de sufrir una hemorragia cerebral. Una explicación podría ser que las frágiles membranas que cubren el cerebro necesitan un mínimo nivel de colesterol para no debilitarse y no romperse.

También habría más posibilidades de sufrir de depresión ya que bajos niveles de colesterol favorecen bajos niveles de Serotonina que es una sustancia del cerebro básica para tener un buen estado de ánimo y una buena capacidad de relajación.

La opinión generalizada es que ante un nivel de colesterol inferior a 160 siempre hay que consultar con el médico para que revise nuestra dieta y trate de ver si hay alguna otra causa del problema pues se considera que el colesterol bajo también puede ser malo y causarnos problemas de salud.

Lanza a favor del colesterol.

Vamos a romper una lanza a favor del colesterol pues es de recibo acentuar los beneficios de esta grasa específica, imprescindible en una amplia diversidad de complejos procesos metabólicos y estructurales, fundamentales en nuestra salud. Así pues el problema no es el colesterol en sí, sino el mantenimiento del equilibrio entre tres dinámicas:

  • La síntesis de colesterol que realiza el hígado.
  • La absorción intestinal del colesterol procedente de la alimentación.
  • La reabsorción intestinal del colesterol que forma parte de la bilis, necesaria para la digestión de las grasas llevada a cabo en el intestino delgado.

Se trata de dificultar la entrada al sistema circulatorio y facilitar la salida de él mediante estimulación de la bilis.